Pedro Sánchez y la ministra Robles, entre los objetivos de las seis cartas incendiarias que han elevado la tensión entre Rusia y Ucrania

Gráfico: cartas bomba en España.
Gráfico: cartas bomba en España.
Gráfico: cartas bomba en España.

Seis 'cartas bomba' siembran la incertidumbre en los edificios de las autoridades españolas y consulados y embajadas extranjeras. A lo largo de estos últimos dos días se ha conocido el envío de misivas con material pirotécnico a diferentes personalidades y estamentos de primera línea. Como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles; o la embajadas de Ucrania y de Estados Unidos. 

La Audiencia Nacional, tribunal competente para casos de terrorismo, ya investiga los hechos en colaboración con el Ministerio de Interior, que ha avanzado que son de "fabricación casera" y "similares" entre sí. Además, el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska no descarta que haya más envíos y ha dejado caer que la procedencia es el propio territorio nacional y no Rusia o Ucrania, como dejó caer el miércoles por la noche la Delegación del Gobierno en Aragón.

Ante estos acontecimientos, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, compareció en rueda de prensa para dar explicaciones sobre los cinco primeros paquetes (la comparecencia se celebró antes de que se conociera que la embajada americana también había recibido un sobre de estas características). Pérez realizó una cronología de los envíos de los cinco sobres, que son "deflagrantes" y no "explosivos"

Ya son seis las cartas con material explosivo interceptadas en España que la Audiencia Nacional investiga como un presunto delito de terrorismo. (EP)

Todos eran de color marrón, tenían el destinatario escrito a mano, contaban con la misma letra -cuatro de ellos, según la agencia EFE- y tenían dimensiones aproximadas de 10x15 cm y de un grosor de poco más de un centímetro. Todos ellos fueron neutralizados. De los seis, solo uno explotó, causando heridas leves en la mano de un trabajador de la legación ucraniana en la capital española. Los otros cuatro fueron identificados como sospechosos y se procedió a la detonación controlada de los mismos. Pérez también destacó que la Policía logró no explosionar uno para poder analizar en profundidad sus características, lo que les acercaría al o a los culpables.

La alerta cundió en la Moncloa el pasado jueves, 24 de noviembre. Fue el equipo de seguridad del presidente del Gobierno quien detectó un "envío sospechoso" que resultó ser una carta bomba que se “deflagró” de forma controlada. "El material era similar a los que se utilizan para pirotecnia", aseguró Pérez, que relató que ese día no se avisó a la Audiencia Nacional, aunque no especificó los motivos de la demora. 

No fue hasta este jueves cuando el Gobierno informó sobre estos hechos a la oposición y a la opinión pública, un día después de que se confirmara que sobres de “similares características” fueron recibidos en la Embajada de Ucrania, sobre la una de la tarde, con el embajador, Serhii Pohoreltsev como destinatario; en la empresa Instalaza, con sede en Zaragoza, la misma que fabricó los lanzagranadas tipo C-90 y Alcotán enviados por España a Ucrania el pasado marzo; y en la base aérea de Torrejón de Ardoz. El quinto sobre fue el dirigido a la ministra de Defensa que se ha detectado “esta misma mañana” y que ha sido interceptado “poco antes de las 10” por el servicio de seguridad del Ministerio de Robles. El sexto lo recibió la Embajada de los Estados Unidos.

La Audiencia Nacional investiga estos envíos como delitos de terrorismo, en tanto que el Ministerio del Interior ha decidido reforzar la seguridad y protección de la Embajada de Ucrania y otros organismos. Eso sí, Marlaska rechaza por el momento convocar la mesa que debería evaluar si se aumenta el nivel de alerta antiterrorista, que actualmente es de 4 (hay desde el 1, riesgo bajo, hasta el 5, riesgo muy alto). Este nivel lleva vigente desde que se activó por primera vez en junio de 2015, tras los atentados sucesivos de Túnez, Francia, Kuwait y Somalia, aunque desde entonces se han ido añadiendo refuerzos en las medidas de seguridad, sobre todo después de atentados en otros países de Europa y, sobre todo, de los perpetrados en Barcelona y Cambrils en 2017.

Con todo, estos envíos, cuya autoría está siendo investigada, ha elevado aún más la tensión entre Ucrania y Rusia. Por un lado, el embajador Pohoreltsev ha instado al Parlamento español a declarar a Rusia "Estado terrorista". No ha dudado en asegurar que su "enemigo" es "un Estado terrorista" y se puede "esperar cualquier cosa". 

"Estamos ahora en guerra y Rusia es un Estado terrorista y todo esto subraya que pueden utilizar cualquier tipo de provocación o incidente; hay que tomar medidas", ha asegurado a su llegada a un acto de la Asociación de Medios de Información (AMI) para premiar a los periodistas que han informado sobre la guerra en Ucrania.

Por su parte, la Embajada de Rusia en España ha condenado este jueves el paquete explosivo enviado a la legación ucraniana, así como los otros cuatro a diferentes "entidades oficiales". "Cualquier amenaza o acto terrorista, más aún dirigido contra una misión diplomática, son totalmente condenables", ha afirmado por medio de un mensaje en su cuenta de Twitter. 

La Comisión Europea ha calificado este jueves lo sucedido con los cinco paquetes explosivos en España como "incidentes muy graves y serios", aunque se negó a "especular" sobre cuáles han podido ser las razones.

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